El colágeno es una proteína estructural que representa alrededor del 30% de las proteínas de nuestro cuerpo. Es el “andamio” que sostiene la piel, los huesos, los músculos y los tendones. Con el paso del tiempo —y factores como el estrés, la exposición al sol o la alimentación— la producción natural de colágeno disminuye, lo que se traduce en arrugas, rigidez articular o pérdida de elasticidad en la piel.
Muchas personas han comenzado a cuidarse incorporando a su dieta diaria alimentos o suplementos altos en colágeno. Un mayor consumo de colágeno, viene acompañado de la promesa de ciertos beneficios, como una piel más firme, articulaciones flexibles y un cabello más brillante. Además de la gran variedad de formatos que podemos encontrar para consumir el colágeno tradicional, hoy también queremos hablaros del colágeno vegano y sus peculiaridades, así podremos ayudarte a decidir cual se adapta a tus necesidades.

El colágeno tradicional
El colágeno tradicional se obtiene de tejidos animales (principalmente de piel, huesos o cartílagos de vaca, cerdo o pescado). Existen varios tipos de colágeno, siendo los más comunes:
- Tipo I: presente en la piel, los tendones y los huesos. Es el más usado para mejorar la firmeza de la piel.
- Tipo II: se encuentra en el cartílago y favorece la salud articular.
- Tipo III: complementa al tipo I y contribuye a la elasticidad de los tejidos.
Los beneficios de estos colágenos pueden variar mucho dependiendo del origen y la calidad en el proceso de obtención, por lo que es importante buscar colágeno hidrolizado y de fuentes sostenibles. Al consumir el colágeno de forma directa, nuestro cuerpo puede absorberlo de una forma más rápida, pero es importante combinarlo con una dieta variada.
El "colágeno" vegano
En este caso, el nombre puede engañar un poco ya que el colágeno únicamente proviene de fuentes animales. Realmente, el colágeno vegano no contiene colágeno en sí, sino una combinación de aminoácidos, vitaminas y minerales que ayudan a tu cuerpo a producir su propio colágeno de manera natural.
Tiene un ritmo de efectividad lento, por lo que sus beneficios están más orientados al largo plazo, generando el colágeno con el paso del tiempo. Entra las principales ventajas que incluye esta opción, encontramos un mayor aporte en antioxidantes que combaten el envejecimiento celular, una mejor tolerancia digestiva y un origen 100% vegetal más sostenible.

Es hora de tomar una decisión
El colágeno tradicional es más eficiente a la hora de aportar colágeno al cuerpo, ofreciendo resultados visibles más rápido. No obstante, la absorción de este colágeno debe ir acompañada de una dieta especifica alta en vitamina C, antioxidantes y aminoácidos. El colágeno vegano aporta todos estos elementos para que tu cuerpo los genere por si mismo (aunque a un ritmo más lento), promoviendo un enfoque más natural, sostenible y respetuoso con el planeta.
Las diferencias que puedan existir, no son tan grandes como parecen. Ambos productos se orientan a aumentar el colágeno en tu cuerpo y lo hacen de forma efectiva. Aunque el colágeno tradicional puede llegar a apórtate este aumento de una forma más rápida, esto dependerá de tu dieta y tu propia capacidad de absorción (que varía con cada persona). Es por eso que ambos colágenos ofrecen beneficios muy similares.
Al final, ambas opciones son completamente validas y efectivas. La elección siempre será aquella que se alinee con tus valores, tu cuerpo y tu estilo de vida. Ya sea colágeno tradicional o colágeno vegano, la constancia es la verdadera clave para ver los beneficios reales en tu organismo.