
El té negro, al igual que el té verde, proviene de la planta Camellia sinensis. La diferencia está en la variedad de la planta y en cómo se procesan las hojas a la hora de hacer la recolección.
Durante el proceso de elaboración se rompen las hojas provocando su oxidación, obteniendo como resultado su color amarronado característico.
Al ingerir el té negro, podremos percibir un sabor más intenso que el té blanco o té verde; percibiendo notas florales y ahumadas.
En su momento de cultivo, el té puede ser tratado con productos químicos para evitar plagas de insectos. Sin embargo, dichos productos químicos pueden ser perjudiciales para la salud. Aquellos agricultores que no utilizan pesticidas o productos químicos en sus cultivos, producen lo que se denomina té ecológico.
Diversos estudios han dejado patente que el té negro posee una gran variedad de propiedades beneficiosas para la salud.
Su forma de consumo también es determinante a la hora de obtener sus beneficios. Al infusionar el té negro, gran parte de sus propiedades no se absorben, a diferencia de si se consume en polvo (diluido en lugar de infusionado).
Dado que no existen estudios que revelen efectos negativos en concreto, cada organismo funciona de forma diferente; por lo que es importante evaluar de qué manera se comporta el cuerpo frente a la ingesta de esta variedad de té, y consultar al médico en caso de patologías médicas.
Sin embargo, hay evidencias en diversos estudios de que algunas infusiones, a diferencia del formato en polvo, pueden contener microplásticos. Estos microplásticos pueden ser perjudiciales en la salud a largo plazo. Para evitarlo, es más recomendable su consumo en polvo. (8)
El té infusionado únicamente puede prepararse con agua caliente a una temperatura que oscile entre 75ºC y 95ºC, teniendo sumergida la infusión entre 3 y 4 minutos. Una vez transcurrido este tiempo, se debe extraer el té.
Sin embargo, si optamos por el té en polvo, puede prepararse con agua fría o caliente, leche o bebida vegetal, así como incorporar el polvo directamente en recetas. Únicamente hay que añadir 1 gramo por cada 200 ml y remover.
Para convertir las hojas del té negro en polvo, no se utiliza ningún tipo de aditivo. Una vez que las hojas de té negro han sido secadas, se utilizan molinos de piedra que muelen las hojas hasta conseguir un tamaño de micras (1 milésima parte de un milímetro).
Las ventajas de consumir el té en polvo son múltiples. Desde absorber todos los nutrientes del té, hasta poder incorporarlo en bebidas y recetas de formas más diversas.
Tanto la teína como la cafeína es la misma sustancia. La única diferencia es que la teína se ha denominado así dado que se encuentra en la hoja del té, y la cafeína se ha asumido que únicamente se extrae del café.
Sin embargo, todos los tipos de té poseen cafeína. Con respecto al café, su principal diferencia es que el té contiene una concentración muy inferior de cafeína y que al contener un aminoácido llamado L-Teanina, enlentece el paso de la cafeína a la sangre, contrarrestando así los habituales efectos secundarios de la cafeína. Por lo tanto, se pueden consumir varias tazas al día sin ningún tipo de problema, salvo en caso de determinadas patologías donde un médico recomiende evitar completamente el consumo de cafeína.
El té negro suele tener más cafeína que otros tipos de té, por este motivo se suele utilizar en combinación con dietas para bajar de peso.
Existen multitud de variedades de té negro, que varían según su origen:
También existen mezclas de té negro, como es el caso del Té English Breakfast en polvo, que contiene una mezcla de Assam, Ceilán y Keemun de la mejor calidad, o el Té Earl Grey en polvo, que además del Té negro Ceylan, contiene aceite de bergamota, que además de ser beneficioso para el sistema inmune, también es muy útil para tratar infecciones urinarias y mejorar la digestión.