9 consejos para tener unas uñas sanas y bonitas

Obsérvate con detenimiento las uñas. ¿Están fuertes y tienen una apariencia saludable? ¿Notas que hay surcos, hendiduras o zonas que tienen color o forma inusual? Muchas afecciones no deseadas de las uñas se pueden evitar con un cuidado adecuado. Otras pueden indicar una afección no diagnosticada que requiere atención.
Uñas: Qué es normal y qué no
Las uñas están compuestas por capas laminadas de una proteína denominada «queratina». Estas capas crecen desde la base de la uña, debajo de la cutícula. Las uñas saludables son lisas, sin marcas ni surcos, tienen un color y una consistencia uniformes, sin manchas ni decoloración.
En ocasiones, se forman estrías verticales, que se extienden desde la cutícula hasta la punta de la uña y suelen ser más prominentes con la edad. También pueden formarse líneas o manchas blancas debido a lesiones, pero con el tiempo desaparecen cuando crece la uña.

No todas las afecciones de las uñas son normales, por lo que debemos consultar con el médico o dermatólogo si observamos lo siguiente:
- Cambios de color en la uña, como decoloración de toda la uña o una línea oscura debajo de ella
- Cambios en la forma de la uña, como uñas curvadas
- Adelgazamiento o engrosamiento de las uñas
- Separación de la uña de la piel que la rodea
- Sangrado alrededor de las uñas
- Hinchazón o dolor alrededor de las uñas
- Falta de crecimiento de las uñas
Consejos
Tener las uñas saludables no es algo meramente estético. Cumplen funciones importantes como, por ejemplo, proteger nuestros dedos o reflejar algún otro problema de salud.
Estos consejos te ayudaran a tener unas uñas más bonitas y sanas:
Mantenlas limpias y secas siempre
Al estar húmedas o acumular suciedad, las uñas pueden convertirse en el refugio de hongos y bacterias. Es preciso cuidar bien la higiene de las uñas, no tenerlas demasiado en remojo, ponerse guantes de goma antes de manipular productos químicos, secarlas bien con una toalla o incluso usar el secador de cabello después de ducharnos o darnos un baño de inmersión.

No las uses para cualquier cosa
Un error muy habitual que cometemos con nuestras uñas es usarlas de manera incorrecta. No sirven de abrelatas, ni para destapar cosas. Tampoco para rascar algo que se quedó pegado, para quitar una pegatina, etc. Recuerda que, para todas esas cosas, existen herramientas específicas. Trátalas bien y no realices con ellas trabajos que las dañen.
Hidrátalas a diario
Las uñas necesitan estar hidratadas, igual que ocurre con la piel de las manos o cualquier parte del cuerpo. También se secan y esto trae consecuencias para su aspecto y salud. Cuando utilices crema de manos, no dudes en masajear también las uñas con ella, haciendo hincapié, sobre todo, en las cutículas. Si tus uñas se suelen partir o quebrar con facilidad, quizás se deba a que no están lo suficientemente hidratadas.
Córtalas
Llevar las uñas largas no es cómodo y nos puede lastimar. No debemos manipular las cutículas (un frecuente error en la manicura), porque tienen una función: impedir que las bacterias acedan a la piel o a cuerpo.
No te las muerdas

Morderse las uñas e ir cortándolas de a poco daña el lecho ungueal. A su vez, al estar siempre húmedas, será más fácil que se contagien hongos o aparezcan enfermedades. Además, la saliva evitará que estén fuertes y crezcan como corresponde.
No uses esmaltes todos los días
Las uñas, necesitan “respirar” y el esmalte no lo permite. Debemos permitir que, una o dos veces a la semana, las uñas estén libres de cualquier producto.
Seguir una dieta saludable
Lo que comemos repercute en todo nuestro cuerpo, tanto de manera interna como externa. Si queremos tener unas uñas bonitas, tenemos que consumir alimentos que sean ricos en proteínas, como pueden ser el pescado, la carne, los lácteos o los vegetales de color verde oscuro. De esta manera, el organismo producirá más cantidad de queratina; el material con el que están hechas las uñas.

Vigila cualquier cambio
Podríamos decir que “las uñas son el espejo del cuerpo”. Algunas alteraciones en su color, su textura, su forma, o la velocidad de crecimiento pueden estar indicando algún problema.
Protégelas todo el año
Cuando hace frío, es bueno que lleves guantes de lana para proteger del frío y, en los meses de verano, no olvides poner factor de protección también sobre ellas. No dejes que tengan partes que enganchan al tacto, mantenlas limadas cortas y, para que estén más claras, puedes frotarlas con un trozo de limón una vez a la semana.
Como podemos ver, mantener unas uñas sanas y cuidadas depende mucho de nuestra rutina diaria. También es importante añadir algún complemento a base de vitaminas que nos ayude a portarles todo aquello que necesitan para estar fuertes y bonitas.

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